BORDADOS QUE DEJAN HUELLA EN EL TIEMPO

La historia del bordado llega al Museo de la Ciudad de Quito, Ecuador; con la muestra “Pinceladas de Hilo”, que desde el pasado sábado abrió sus puertas al público. Entre oraciones grabadas del avemaría y padrenuestro, los visitantes recorrieron las salas admirando los trajes sacerdotales elaborados por religiosas de los conventos El Carmen Alto, Carmen Bajo y Santa Catalina, los cuales ponen en evidencia la minuciosidad y dedicación con la que estas mujeres plasman sus habilidades artísticas sobre la tela. Flores, cruces, uvas, corderos y rosas, son algunos de los elementos más sobresalientes elaborados a mano.Entre anécdotas e historias que se encuentran inscritas en varias de las paredes como fuente de información para los espectadores, resalta la leyenda: “El aprendizaje del bordado se realiza de la mano de una religiosa mayor una vez que las postulantes han ascendido al rango de novicias. En este proceso de enseñanza, estas no solo adquieren una habilidad manual, sino que tienen la posibilidad de limpiar su alma durante este ejercicio repetitivo”. “Pinceladas de hilo” no se limita únicamente al trabajo emprendido por las religiosas, sino que hace un recuento desde el siglo XVIII, donde este oficio a mano tuvo cabida en las mujeres de la aristocracia y los artesanos, quienes plasmaban sus trabajos en capas, velos, mantos y chales. Con el pasar del tiempo, el bordado fue practicado por todo tipo de mujeres hasta que ahora se lo utiliza como un medio de consumo y comercialización.Este es el caso de Leonor Oleas de Tapia, quien lleva en el oficio por más de 30 años. Ella realiza bordados a máquina y a mano, varias de sus obras están en exhibición. “El bordado ha sido el patrón de la economía en mi hogar, toda una vida me he dedicado a esta profesión”, comentó mientras movía sus pies sobre el pedal de la máquina y sus manos empujaban de un lado al otro un tambor que encerraba un diseño de flores.Para Agustina Calahorrano, diseñadora de modas, el bordado ahora está en boga. “La mayoría de prendas tienen un gran colorido. Los diseños son novedosos, pero no tienen gran originalidad como los realizados manualmente. Pues la producción se realiza en cantidades industriales y eso le resta valor a una pieza que es elaborada a mano con un diseño exclusivo para cada gusto y persona”, explicó. La exposición estará abierta hasta septiembre. (SV)